Las negociaciones del convenio colectivo de la WNBA han sido un tema crucial en 2025, especialmente antes de que el actual acuerdo expire el 31 de octubre. Durante el fin de semana del All-Star, las jugadoras subrayaron la importancia del convenio al vestir camisetas con el mensaje “Páguennos lo que nos deben”. A pesar del apoyo de los aficionados, la acción recibió críticas, incluso de la leyenda retirada Candace Parker, quien sugirió que no fue una buena imagen al comparar las camisetas con el esfuerzo mostrado en el juego.
Nneka Ogwumike, presidenta de la WNBPA, señala que la prioridad es un sistema de reparto de ingresos que crezca con el negocio. Aunque hay un aumento en los topes salariales, las jugadoras sienten que siguen recibiendo la misma parte relativa de los ingresos a pesar de la notable revalorización de las franquicias, como los Aces de Las Vegas y los Liberty de Nueva York. Las jugadoras cuestionan si esta revalorización está siendo justamente compartida con ellas.
La posibilidad de un paro laboral es discutida, aunque la esperanza es llegar a un acuerdo antes de la fecha límite. Con la expansión de la liga, incluyendo equipos como Portland Fire y Toronto Tempo en 2026, la urgencia es palpable. Un paro no es beneficioso para nadie, y aunque las jugadoras buscan un acuerdo justo, no desean un cierre patronal. “El titular es ‘paro laboral’, pero nuestro objetivo es conseguir un buen acuerdo,” comenta Ogwumike.
Otro punto de discusión es la priorización de la WNBA sobre otras ligas extranjeras o iniciativas como Unrivaled, cofundada por jugadoras de la WNBA. La WNBA busca que sus jugadoras den prioridad a la liga nacional, lo que ha llevado a concesiones de calendario por parte de ligas extranjeras. Además, se está discutiendo la elegibilidad para el draft, buscando alinearse mejor con otras ligas deportivas. Actualmente, la prioridad sigue siendo el sistema salarial.
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