Expresar el impacto del torneo de Uruguay en la Copa Panamericana no es sencillo, dada la magnitud de su logro y la evolución del hockey en Sudamérica. Las Cimarronas marcaron un antes y un después en este deporte. Aunque su debut fue una derrota 3-0 ante las potentes Leonas, el equipo uruguayo no se desanimó. Continuaron creciendo tras vencer contundentemente a Paraguay 8-0 y enfrentaron a Canadá como si fuera una final, logrando un importante triunfo 2-0 y asegurándose el segundo lugar del grupo.
En la semifinal contra Estados Unidos, se vivió una intensa batalla por un lugar en la final y por la clasificación al Mundial 2026. Tras empatar 1-1, las estadounidenses se impusieron en los shootouts por 4-2, y Las Cimarronas se prepararon para disputar el bronce. El partido del 3 de agosto será recordado como un hito en el hockey uruguayo. Milagros Seigal y Teresa Viana marcaron los goles decisivos, y la arquera Victoria Bate jugó un papel crucial asegurando la victoria 2-0 sobre Chile.
A pesar de que las estadísticas favorecían a Chile, Las Cimarronas se aferraron a su determinación. Con esfuerzo conjunto, resistieron hasta el final y conquistaron la medalla de bronce, una hazaña lograda por primera vez en más de 20 años en esta competencia. Este éxito no solo es un logro en sí mismo, sino un impulso para futuros desafíos.
Ahora, el próximo objetivo es el Premundial. Aunque la Copa Panamericana era la vía más directa, aún tienen la oportunidad de competir por un puesto en la Copa del Mundo y medir sus fuerzas contra los mejores del mundo.
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