En Minneapolis, Napheesa Collier, estrella de las Minnesota Lynx, enfrenta un desafío doble: su vida profesional y personal. Mientras lidera a las Lynx hacia las finales de la WNBA, también enfrenta negociaciones cruciales para un nuevo acuerdo colectivo. Por las mañanas, empieza su día convenciendo a su hija de 3 años, Mila, para que se ponga los zapatos con la ayuda de un trozo de queso. Luego, se sumerge en su rutina de entrenamientos y roles como madre, jugadora y ejecutiva.
Collier está colaborando en la creación de una liga alternativa llamada Unrivaled, junto a Breanna Stewart, ofreciendo a las jugadoras más control y mejores salarios. Este verano, ella busca una renovación del contrato colectivo de la WNBA que ayude a las jugadoras a obtener una mayor porción de los ingresos. “Aunque no somos ligas competitivas, Unrivaled muestra que podemos ganar más”, expresó Collier. Este esfuerzo refleja el aumento de poder que han obtenido las jugadoras en sus negociaciones.
Además de ser la favorita para el MVP, Collier equilibra su papel en las Lynx con sus responsabilidades en la Asociación de Jugadoras. A pesar de las dificultades, ella sigue concentrada. “Hay que aprender a compartimentar todo”, comentó. Su capacidad para mantenerse serena entre tantas presiones se debe en parte a los principios inculcados por su padre: mantener la calma y ser discreta.
Como líder de las Lynx, Collier aspira no solo a ser la MVP de la temporada, sino a llevar al equipo al campeonato. Tras una derrota en las finales de 2024, regresó con renovada determinación. “Quiero ganar”, afirmó, subrayando que su enfoque está en mejorar continuamente y no en lamentarse. Su mentalidad tenaz y su talento en la cancha son fundamentales para los objetivos del equipo y su búsqueda por equilibrar todas las facetas de su vida.
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