La derrota de Enmanuel Reyes Pla ante el azerbaiyano Loren Alfonso en las semifinales de los -92 kg fue el momento que colmó la paciencia del equipo español. Las decisiones arbitrales, que ya habían dejado un mal sabor de boca en las peleas de Rafa Lozano Jr. (-51 kg) contra el dominicano Junior Alcántara y de José Quiles (-57 kg) ante el uzbeko Abdumalik Khalokov, causaron indignación en el equipo. Reyes Pla, asegurado con el bronce, criticó fuertemente a los jueces: “Los árbitros estaban ciegos. El boxeo está cayendo por esto, por los árbitros. Hice más, di más golpes efectivos, pero lo vieron de una forma distinta”.
El seleccionador nacional, Rafa Lozano, bronce en Atlanta 1996 y plata en Sídney 2000, expresó su malestar ante los medios tras cada derrota, culminando en su queja más fuerte luego del combate de Reyes Pla. Lozano criticó que se favoreciera a los rivales que no lanzaban golpes: “Cuando vas perdiendo, el otro no hace nada, no tira golpes y le dan vencedor, ayer con Quiles igual. El uzbeco no tiró golpes y también salió vencedor”. Reyes Pla, apodado El Profeta, también expresó su frustración, comparando su situación con la de Lozano Jr., señalando que los jueces valoraron más el espectáculo que los golpes efectivos contra Junior Alcántara.
Ahora, el foco se desplaza hacia Ayoub Ghadfa, quien con la medalla asegurada, luchará este miércoles por un puesto en la final. Enfrentará al francés Djamel-Dini Aboudou en un entorno posiblemente hostil en el Roland Garros. El equipo teme que la parcialidad del público afecte el juicio en las tarjetas. “Espero que cambien, pero ahora le toca un francés. Imagina un francés en Francia y en los grandes pesos. Vamos a ver. Ayoub tiene que ganar con claridad. Espero que puntúen correctamente”, comentó Lozano. Por su parte, Ghadfa se muestra confiado y desestimó el impacto del apoyo del público local: “La verdad es que me da igual el público en contra”, dijo, presentándose como el posible vengador del equipo.
La esperanza del equipo español recae en Ghadfa, quien buscará reivindicación en un torneo donde la polémica arbitral ha sido parte constante. Con la tensión acumulada y la sensación de injusticia presente, el equipo sigue adelante, esperando un resultado justo en el combate decisivo.
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