PARÍS — Trinity Rodman confesó no recordar mucho sobre su impresionante gol en tiempo extra que llevó al equipo femenino de Estados Unidos a las semifinales olímpicas el sábado. Desde que recibió el pase de Crystal Dunn hasta su remate final, toda la secuencia es un borrón en su memoria. “Me quedé en blanco,” dijo Rodman tras la victoria de 1-0 contra Japón, añadiendo que fue el mejor momento de su carrera y que no podía haber pedido nada mejor.
Después de recibir el balón en la banda derecha, Rodman dribló hacia adentro y lanzó un potente disparo que se coló en la esquina superior del arco, desatando la euforia en el Parc des Princes. Su compañera de ataque, Mallory Swanson, elogió su juego afirmando que a veces se necesita un poco de magia individual en partidos como este, y eso fue exactamente lo que Rodman proporcionó. Este gol fue su tercero del torneo, igualando a Swanson como las máximas goleadoras del equipo estadounidense, y convirtiéndose en la jugadora más joven en anotar en una fase de eliminación olímpica en 20 años.
Varios de sus compañeras comentaron sobre los increíbles tiros que frecuentemente realiza Rodman en los entrenamientos, pero reconocieron que lograrlo en un escenario como este es un logro diferente. “Es una locura,” comentó Korbin Albert, mientras que Sophia Smith recordó la gran sensación de alivio cuando el balón entró. La entrenadora Emma Hayes destacó que las contribuciones de Rodman fueron más allá de ese gol, subrayando su sólido desempeño defensivo al ayudar a contener los contragolpes japoneses.
Rodman reflexionó sobre cómo esperaban un partido difícil contra el sólido bloque defensivo japonés y la importancia de ese momento brillante para lograr el gol. “Sabíamos que no sería un juego bonito, pero sabíamos que necesitaríamos algo espectacular,” explicó. “Si no hubiera sido yo, cualquier otra jugadora en el campo podría haberlo hecho, pero sabíamos que no sería un tiki-taka en el área. Aprovechamos ese momento y eso fue lo que sucedió.”
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