SAINT-ETIENNE, Francia — El equipo femenino de fútbol de Canadá mantuvo vivas sus esperanzas olímpicas de manera inesperada el domingo, y las jugadoras querían dejar algo en claro: las campeonas defensores no son tramposas. Vanessa Gilles marcó a los 12 minutos del tiempo de descuento, sellando una remontada improbable de 2-1 contra la anfitriona Francia.
Esto ocurrió un día después de que el equipo supiera que FIFA les había quitado seis puntos en la fase de grupos debido a un escándalo de espionaje con drones. En medio de la frustración, Gilles confesó que casi se lesiona la mano al golpear una pared por la noticia. “No tenemos control sobre nada de esto, y nos sancionan como si hubiéramos hecho trampa. No hicimos nada, solo jugamos con el corazón”, dijo Gilles.
El escándalo comenzó cuando el equipo de Nueva Zelanda reportó un dron sobrevolando su entrenamiento privado. Las autoridades encontraron imágenes y arrestaron a Joseph Lombardi, analista del equipo canadiense, quien junto con la asistente Jasmine Mander fue enviado de regreso a casa. La entrenadora Bev Priestman fue suspendida por un año por FIFA, aunque se disculpó públicamente con el equipo y el país.
A pesar del escándalo, Canadá logró empatar su puntuación en la fase de grupos con victorias sobre Nueva Zelanda y Francia. Una victoria contra Colombia este miércoles podría asegurar su avance. “Nos sentimos como si fuera Canadá contra el mundo en este momento”, comentó Jessie Fleming, autora del gol del empate. Las jugadoras, aun enfrentando un entorno hostil y sin su entrenadora, continúan mostrando determinación y están decididas a demostrar su valía.
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