París.- Los Juegos Olímpicos de París 2024 prometen ser únicos en sus primeros diez días, con competiciones continuas las 24 horas del día. Aunque la villa olímpica en París pueda dormir, en Tahití, donde se celebrarán las pruebas de surf, siempre habrá movimiento. “Estamos alejados de todo, pero al mismo tiempo en el mejor lugar posible, es un sueño”, comentó Fernando Aguerre, presidente de la Asociación Internacional de Surf (ISA).
La famosa ola de Teahupo’o en Tahití será el escenario de una competición épica. Aguerre describe esta ola como “monstruosa”, y recuerda sus inicios en el surf en Mar del Plata durante los años ’70, una época en la que surfear era casi un acto de rebeldía. Gracias a su visión y persistencia, Aguerre ha llevado el surf a los Juegos Olímpicos, un logro que muchos otros deportes no han conseguido.
La experiencia en Tokio 2020 fue especial, pero limitada por la pandemia, con competiciones sin público. Sin embargo, Aguerre asegura que aquellos Juegos fueron un éxito, destacando la fortuna de contar con olas proporcionadas por un tifón. París 2024 presenta un desafío diferente: la distancia y el cambio de hemisferio, además de competir en un lugar tan remoto como Tahití, lo que promete olas espectaculares y una experiencia única.
El surf en estos Juegos tendrá una logística especial. No habrá público en las playas, y el acceso será muy restringido, con solo unas pocas lanchas permitidas. Los locales han acogido este evento con tranquilidad, manteniendo su estilo de vida tradicional y utilizando la tecnología solo lo necesario. La ola de Teahupo’o es especial debido a los vientos antárticos que la crean y la abrupta costa volcánica de Tahití. Este contexto promete una competición inigualable, con destacados surfistas internacionales y locales como Vahine Fierro y Kaauli Vaast, compitiendo para alcanzar la gloria olímpica.
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