En un partido inusual, los Vikings de Minnesota superaron a los Lions de Detroit con un juego de pase muy deficiente, ganando 23-10 gracias a su defensa y al pateador Will Reichard. A pesar de tener solo 3 yardas netas por pase, los Vikings lograron imponerse, uniéndose así a un reducido grupo de equipos que han ganado con menos de 10 yardas de pase en las últimas cuatro décadas.
El mariscal de campo novato, Max Brosmer, en su segundo inicio, fue capturado siete veces y golpeado en cinco ocasiones por una defensa de los Lions que, aunque no ha sido la mejor de la NFL, complicó su rendimiento. La ofensiva de los Vikings aprovechó errores de los Lions para anotar, incluyendo un regreso de 65 yardas de Jordan Addison y un fumble que recuperaron cerca de la zona de anotación.
Kevin O’Connell, el entrenador de los Vikings, comentó sobre la necesidad de ajustar según las circunstancias: “No fue nuestro estándar en el juego aéreo”, dijo. Brosmer evitó mayores riesgos tras una experiencia negativa en su primer inicio en la NFL, logrando completar nueve de 16 intentos para 51 yardas.
Ahora, los Vikings han ganado cuatro partidos consecutivos, alcanzando un récord de 8-8. Sin embargo, su plan de evaluar completamente a su otro mariscal de campo, J.J. McCarthy, sigue en espera debido a su lesión en la mano. Hay esperanzas de que McCarthy pueda regresar para el próximo encuentro contra los Packers.
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