Cómo la moneda de la suerte de una niña impulsó la victoria de Earnhardt en el Daytona 500

El 12 de noviembre, el Departamento del Tesoro de EE.UU. dejó de producir centavos tras 232 años. La mayoría no le da importancia a estos pero, antes de olvidarlos, vale la pena recordar cómo un centavo afortunado ayudó a Dale Earnhardt a ganar la Daytona 500 en 1998. Un día antes de la carrera, Earnhardt conoció a Wessa Miller, una niña con espina bífida, quien le dio el centavo de la suerte para “ganar la Daytona 500”. Earnhardt, aunque no era supersticioso, pegó el centavo en su tablero y al día siguiente logró su ansiada victoria.

Wessa, una niña que siempre admiró a Earnhardt, vio cómo el piloto superó los obstáculos que le habían impedido ganar antes. Earnhardt había estado cerca de ganar muchas veces, pero la suerte nunca estuvo de su lado hasta que recibió el centavo de Wessa. La victoria fue un momento emotivo para ambos: para Earnhardt, quien finalmente conquistó el premio que faltaba en su carrera, y para Wessa, quien tuvo el privilegio de impactar su destino con un pequeño gran gesto.

Con el tiempo, el vínculo entre Wessa y Earnhardt se fortaleció. Él invitó a su familia a más carreras y les regaló una furgoneta nueva para facilitar sus desplazamientos a sus citas médicas. Después de la trágica muerte de Earnhardt en 2001, la historia del centavo continuó resonando en el mundo de NASCAR, convirtiendo a Wessa en un símbolo especial para los seguidores del deporte.

Actualmente, Wessa sigue luchando contra sus problemas de salud. Ella y su familia mantienen vivo el legado del centavo con recuerdos y un cariño especial por las monedas que tanto significaron. A pesar de que la producción de centavos ha terminado, para Wessa y su familia, estos siguen siendo “lo mejor que existe”, ya que evocan una historia que cambió sus vidas.

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