El equipo defensivo de Miami brilló en su victoria de 10-3 sobre Texas A&M, asegurando su primer triunfo en el College Football Playoff y avanzando al Goodyear Cotton Bowl para enfrentarse a Ohio State. Rueben Bain, quien se convirtió en una pieza clave, había tenido una motivación extra tras comentarios despectivos del liniero ofensivo de Texas A&M, Trey Zuhn III, que subestimó su potencial. Bain terminó con 5 tacleadas, 4 de ellas para pérdida de yardas, y logró 3 capturas de mariscal de campo, además de bloquear un intento de gol de campo.
El novato Bryce Fitzgerald también fue decisivo, interceptando dos pases del mariscal de campo de Texas A&M, Marcel Reed, incluido uno crucial en la zona de anotación con solo 24 segundos en el reloj. Esto selló la victoria para Miami. Fitzgerald ha destacado rápidamente en la defensa de Miami desde su llegada en junio, y su habilidad para estudiar y entender el juego ha sido elogiada por el entrenador Mario Cristobal.
Esta victoria es especialmente significativa para Miami, dado que el año anterior su defensa fue el factor que les impidió avanzar en el playoff. La llegada del coordinador defensivo Corey Hetherman, junto con fichajes clave como Fitzgerald, Keionte Scott y el transferido Xavier Lucas, permitió reconstruir la secundaria y liberar al frente defensivo para ejercer más presión.
Miami logró siete capturas sobre Texas A&M, empatando su récord en las últimas seis temporadas. A pesar de la preocupación por el ruido en el estadio de Kyle Field, fue la línea ofensiva de los Aggies la que enfrentó problemas, cometiendo múltiples penalizaciones. En general, Miami limitó a Texas A&M a 326 yardas totales y solo 89 terrestres, mostrando una sólida defensa durante todo el partido.
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