En 2025, a siete años de la legalización de las apuestas deportivas, la industria enfrentó importantes desafíos. Escándalos de alto perfil, problemas de impuestos y la aparición de mercados de predicción han sacudido el modelo tradicional. Max Bichsel, ejecutivo de Gambling.com Group, comentó: “Es un evento único ver estos mundos colisionar”. Una encuesta de Pew Research en octubre mostró que el 43% de los adultos en EE.UU. considera que las apuestas deportivas legalizadas son perjudiciales para la sociedad.
Durante un otoño turbulento, los escándalos de apuestas dominaron los titulares. La FBI se reunió con la UFC por una pelea supuestamente amañada, mientras que jugadores de la MLB fueron acusados de alterar partidos a favor de apostadores. En otro caso, 34 personas, incluidos Terry Rozier y Chauncey Billups, fueron arrestadas por apuestas internas y juegos de póker manipulados, aunque todos se han declarado no culpables. Estos incidentes han generado preocupaciones sobre la integridad del deporte y han atraído la atención del Congreso.
Mientras tanto, los mercados de predicción han surgido como un disruptor. Plataformas como Kalshi han visto un aumento significativo en sus transacciones, a pesar de los desafíos legales. Estas plataformas permiten a los usuarios apostar sobre resultados sí/no, sin actuar contra la casa. Aunque hay debates sobre su regulación, compañías como DraftKings han comenzado a lanzar sus propios mercados de predicción y la NHL y UFC han firmado acuerdos con estas plataformas.
Finalmente, una nueva ley fiscal va a impactar fuertemente a los apostadores en 2026. Bajo esta ley, solo podrán deducir el 90% de sus pérdidas, lo que podría llevarlos a mercados no regulados. La congresista Dina Titus criticó la ley, advirtiendo que podría empujar a los jugadores al mercado negro. Un esfuerzo por revertir este cambio se enfrenta a desafíos en el Congreso, mientras profesionales y recreativos evalúan sus opciones ante la nueva carga fiscal.
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