En un día caluroso de octubre en College Station, Texas, un cadete de Texas A&M explicó la historia del “12th Man” frente a una estatua de E. King Gill, destacando el impacto que tiene en los atletas walk-on actuales. A pesar de las tradiciones, el futuro de los walk-ons es incierto debido a un acuerdo legal reciente que podría afectar sus oportunidades en el deporte universitario.
El demandante Grant House y otros atletas han desafiado las restricciones de la NCAA sobre cómo los deportistas pueden ganar dinero. En 2024, se llegó a un acuerdo donde se eliminaron los límites de becas, pero se impusieron límites de lista, lo que podría reducir drásticamente las plazas para walk-ons. Muchos temen que, aunque algunos puedan obtener becas, otros perderán su lugar en los equipos.
Los exjugadores y entrenadores, como Tom Osborne y Matt Rhule, valoran el papel de los walk-ons por su dedicación y potencial de crecimiento. Sin embargo, con la nueva estructura, algunos programas tendrán que adaptarse y decidir cómo manejarán a estos atletas bajo las nuevas reglas, mientras que las emociones entre los walk-ons y las preocupaciones de los entrenadores persisten.
Mientras que algunos walk-ons, como Bryce Boettcher, logran triunfar, otros deben luchar por mantenerse. La figura emblemática de Rudy Ruettiger resalta el espíritu del walk-on, mostrando que, aunque las circunstancias cambian, la esencia de superación y pasión de estos atletas seguirá siendo una parte vital del deporte universitario.
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