Tradiciones en el Juego del Ejército-Marina
En Annapolis, durante la semana del juego Ejército-Marina, las bromas entre academias son una tradición. Blake Horvath, el mariscal de campo de la Marina, encontró fotos del mariscal de campo del Ejército, Bryson Daily, en su puerta, obra de cadetes de West Point en intercambio en Annapolis. Simultáneamente, los estudiantes de la Marina en West Point vieron sus uniformes reemplazados por disfraces. Estos intercambios culminan en un simbólico “intercambio de prisioneros” antes del juego, mostrando una rivalidad amistosa llena de respeto y camaradería.
El juego del Ejército-Marina extiende sus tradiciones más allá del campo. Antes del partido, se lleva a cabo un baile masivo llamado “March On,” donde miles de cadetes y guardiamarinas marchan al estadio, demostrando disciplina y unidad. Además, cada equipo realiza una carrera de relevos para entregar la pelota del juego, abarcando cientos de millas y despertando el entusiasmo de las comunidades por donde pasan. La vestimenta especial para el juego es otro aspecto meticuloso, con detalles que rinden homenaje a la historia militar de ambos servicios.
Las mascotas también forman parte del espectáculo. El Ejército tiene un mulo llamado Paladin, mientras que la Marina lleva dos cabras, conocidos como Bill 38 y Bill 39. Estos animales tienen una presencia simbólica y son cuidados con especial atención durante todo el evento. Los asistentes disfrutan viéndolos interactuar antes del juego y formaban un elemento esencial del ambiente de festividad.
La visita presidencial es un aspecto importante. Este año, el presidente Donald Trump asistirá como parte de una extensa lista de dignatarios, senadores y celebridades. La logística de la visita presidencial requiere una planificación cuidadosa para preservar la experiencia de los aficionados mientras se asegura la seguridad de los invitados importantes, lo cual es una tradición tanto política como deportiva en el juego del Ejército-Marina.



