Lane Kiffin fue presentado como el nuevo entrenador de LSU, prometiendo llevar al equipo a ser “el mejor programa de todo el fútbol universitario”. Kiffin explicó que dejar Ole Miss fue una decisión difícil tras una temporada histórica con un récord de 11-1 y estar en el puesto 7 del Playoff de Fútbol Universitario. Decidió informar a las autoridades de Ole Miss el sábado por la noche sobre su traslado a LSU, y señaló que fue imposible coordinar de otra forma su salida.
El director atlético de Ole Miss, Keith Carter, decidió que Kiffin no seguiría entrenando al equipo para los playoffs, una decisión que Kiffin respetó. Mientras tanto, Verge Ausberry, director atlético de LSU, resaltó que Kiffin es una personalidad adecuada para el ambiente competitivo del estado. Aunque LSU no tuvo problemas con Kiffin continuando como entrenador de Ole Miss, Ausberry enfatizó que su prioridad era proteger los intereses de LSU.
Kiffin compartió que tuvo una conversación con Jeff Landry, el gobernador de Luisiana, quien mostró entusiasmo por el fútbol de LSU. Además, agradeció a sus mentores, Monte Kiffin, Pete Carroll y Nick Saban, por guiarlo a lo largo de su carrera. Señaló que su prioridad inicial es concluir la clase de reclutamiento de LSU.
Kiffin firmó un contrato de siete años con LSU, con un salario de $13 millones anuales y beneficios basados en el rendimiento de Ole Miss en los playoffs. Afirmó que se sentía atraído por la historia, la tradición y la pasión del estadio Tiger en las noches de sábado, describiéndolo como un lugar diseñado para campeonatos, lo cual es una meta que está decidido a alcanzar en su nuevo puesto.
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