Lane Kiffin es muchas cosas, pero definitivamente no es una víctima en su traslado a LSU

Lane Kiffin ha tomado la decisión de dejar Ole Miss para unirse a LSU, pero no se considera una víctima en este cambio. A pesar de tener la opción de quedarse en Ole Miss con un salario de más de $10 millones al año y llevar a su equipo a los playoffs, decidió unirse a LSU, un equipo con un historial de tres títulos nacionales en este siglo. Kiffin compartió que su decisión fue influenciada por razones espirituales, familiares y el consejo de mentores como Pete Carroll y Nick Saban.

En una entrevista con ESPN, Kiffin mencionó que, aunque su corazón estaba en Ole Miss, su padre le hubiera aconsejado dar este paso. Tras recibir el apoyo de su familia y orar sobre la decisión, anunció que aceptaba el puesto en LSU, a pesar de no poder guiar a Ole Miss en los playoffs. La reacción de Ole Miss fue de negarle continuar como entrenador durante este periodo.

Esta salida de Kiffin se suma a una lista de salidas complicadas en su carrera. Aunque Kiffin ha madurado desde sus días en USC, Tennessee y los Raiders, su decisión de dejar a un equipo contendiente por un programa potencialmente más exitoso demuestra que para él la idea de ganar tiene más peso que el presente inmediato.

Lane Kiffin ha optado por lo que considera mejores oportunidades en LSU y reconoce que su ambición es ganar títulos nacionales. Aunque su trayectoria ha estado marcada por decisiones controversiales, tanto en buenos como malos momentos, LSU puede estar lista para aceptar la combinación de éxitos y desafíos que trae consigo. Kiffin tiene claro que su enfoque está en lo que puede lograr en Baton Rouge.

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