En las horas previas a un partido de voleibol en el Fitzgerald Field House de Pitt, Olivia Babcock se relaja cerca de su casillero. Sus compañeras están ocupadas preparándose, asegurándose de que sus coletas estén bien sujetas. Dalia Vîrlan llena el vestuario con música para animar al equipo. Babcock, la destacada jugadora de Pitt, ya tiene su cabello listo: unas trenzas en tono caoba sujetas con una banda azul real que combina con su uniforme. “Verse bien, jugar bien”, dice Babcock, subrayando la importancia del cuidado del cabello en los días de juego.
El accesorio esencial en el cabello de Babcock es la banda TIY, inventada por Jerritt Elliott, el entrenador de voleibol de Texas y un hombre calvo de 57 años. Elliott descubrió el problema de las coletas durante los entrenamientos, ya que sus jugadoras interrumpían las prácticas para ajustar su cabello. Así, creó las bandas TIY, que proporcionan una sujeción más fuerte y cómoda. Las TIY, que significa “Tie It Yourself”, se convirtieron rápidamente en un elemento indispensable en el voleibol universitario.
En Austin, Andrea Nucete-Elliott, esposa de Jerritt, dirige la empresa de TIY desde un pequeño despacho en su casa. Aunque al principio se mostraba escéptica sobre la idea de su esposo, pronto se convenció de su eficacia tras probar una muestra durante un entrenamiento de voleibol. Las bandas TIY son largas tiras elásticas que las deportistas pueden ajustar a sus necesidades y son dos veces más elásticas y trece veces más resistentes que las bandas comunes.
Las bandas TIY no solo han ganado popularidad por su funcionalidad, sino también por su variedad de colores, permitiendo a las jugadoras expresarse. Figuras como Harper Murray de Nebraska aprecian que su cabello permanezca intacto durante los partidos, lo que les permite concentrarse en el juego sin preocuparse por su apariencia. TIY ha transformado la manera en que las atletas controlan su cabello, convirtiéndose en un accesorio esencial en los torneos de la NCAA.
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