Son enemigos íntimos y sus vidas transcurren paralelas en el mar. Tom Slingsby, de 41 años, cuenta con un historial más amplio que Diego Botín, a pesar de que el español también es un reconocido regatista. Slingsby ha ganado tres ligas de SailGP, una Copa América y un oro olímpico, mientras que Botín ha ganado un campeonato de SailGP y es campeón olímpico y mundial de 49er junto a Florian Trittel. Este fin de semana se celebra el último GP de la quinta temporada en Abu Dabi, un desafío con vientos ligeros donde los tres mejores competirán por dos millones de dólares en la final.
Gran Bretaña lidera la clasificación con 85 puntos, seguida por Nueva Zelanda con 82 y Australia con 80. España está en la cuarta posición con 76 puntos, tras una temporada inconsistente. Para llegar a la final, España necesita superar a sus rivales directos, lo cual es un reto complicado. Sin embargo, un posible inconveniente para Nueva Zelanda podría beneficiar a España: Peter Burling podría estar fuera debido a una lesión en el dedo.
Tom Slingsby reconoce el talento de Botín y se muestra cauteloso. Según él, Botín es un competidor formidable que se siente cómodo en situaciones de presión. “Si hay alguien que no me gusta tener detrás es Botín”, comentó en una conferencia de prensa en Abu Dabi, destacando la destreza del santanderino. Ambos pilotos son figuras destacadas en el SailGP, cada uno piloteando los F50 de sus respectivos países.
El futuro del F50 español está en juego, ya que la competencia se expande y la financiación es crucial. Russell Coutts y Larry Ellison aún poseen el barco español, pero otros países han involucrado a famosos y empresas en la gestión de sus equipos. La situación en Cádiz es incierta, ya que Suecia incorporará un nuevo barco, Artemix, en 2026, lo que podría alterar el calendario y dejar a Cádiz fuera.
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