Hace poco más de un año, Manchester United despidió a Erik ten Hag tras una mala racha que dejó al equipo en la posición 14. Decidieron contratar a Ruben Amorim, quien terminó la temporada con el equipo en el puesto 15. Aunque Amorim no mejoró los números de su predecesor, el club decidió mantenerlo. Sin embargo, una reciente derrota 1-0 contra un Everton con diez jugadores ha despertado preocupaciones sobre el futuro del equipo.
Amorim ha mantenido una formación constante de 3-4-3 o 3-4-2-1, pero ha realizado ajustes que han llevado a un juego más rápido. Durante la temporada anterior, el equipo era reconocido por su lentitud, pero este año han acelerado el ritmo, logrando un mejor rendimiento con un promedio de 0.5 puntos más por partido y una mejor diferencia de goles. Sin embargo, las dudas persisten sobre si estas mejoras son sostenibles.
Los cambios en el equipo incluyen varios nuevos delanteros que han fortalecido el ataque. Amorim también ha optado por una estrategia más directa en los saques de meta, con un aumento significativo en el número de balones largos. A pesar de estas tácticas, el equipo se ha beneficiado de circunstancias favorables, como penales a favor y jugar con un hombre más en partidos clave.
El gran desafío para Amorim es si podrá seguir mejorando al equipo. Aunque ha habido avances, estos se deben en parte a cambios en el personal más que a una transformación radical del juego. Además, el equipo ha envejecido, lo que podría ser un obstáculo en el futuro. Las próximas jornadas serán decisivas para saber si Manchester United puede competir al más alto nivel nuevamente. En resumen, bajo Amorim, el equipo ha avanzado hacia un punto medio, sin ser ni bueno ni malo, simplemente promedio.
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