Un año después del escándalo de trampas con drones, Canadá pone la mira en la Copa del Mundo 2027.

Hace poco más de un año, el equipo nacional femenino de Canadá fue el centro de atención mundial en los Juegos Olímpicos de 2024 debido a un escándalo de espionaje. El CEO de Canada Soccer, Kevin Blue, describió el incidente como una “cultura sistémica de trampa”. Un dron, manejado por un miembro del personal canadiense, fue descubierto espiando a Nueva Zelanda durante un entrenamiento. Esta revelación provocó que el cuerpo técnico, incluida la entrenadora Bev Priestman, recibiera una suspensión de un año por parte de la FIFA.

El impacto para las jugadoras canadienses sigue sintiéndose, ya que sus logros pasados, como la medalla de oro olímpica de 2021, fueron cuestionados. La portera Kailen Sheridan expresó lo difícil que ha sido enfrentarse al escarnio público. Aunque para ellas es más fácil aceptar lo sucedido ahora, el grupo se fortaleció y se unió como una familia. Durante los Juegos Olímpicos, a pesar de la deducción de seis puntos, Canadá llegó a cuartos de final, donde perdió contra Alemania en penales.

De cara a la Copa del Mundo de 2027, Canadá ha contratado a Casey Stoney como la nueva entrenadora principal. Stoney ha enfatizado la importancia de reconstruir la confianza con un enfoque transparente y directo. Tras una derrota ante Estados Unidos en julio, Stoney subrayó la necesidad de acciones concretas en lugar de promesas vacías, buscando mejorar el rendimiento hacia el próximo Mundial.

El reto para Canadá es cambiar la narrativa post-escándalo y lograr un buen desempeño en el Mundial 2027. Las jugadoras, lideradas por nuevas promesas, y bajo la dirección de Stoney, esperan superar sus resultados pasados en el Mundial. A pesar de las dudas que dejó el escándalo, el compromiso del equipo es claro: enfocarse en el crecimiento y asegurarse de que prácticas similares no vuelvan a ocurrir.

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